Entrevista de HELA a la Escuela de Haiku Makoto

ENTREVISTA ESCUELA MAKOTO



La puesta en funcionamiento de una Escuela de Haiku, no puede ser sino un motivo de alegría para todos los seguidores del mismo. Aprovechar las ventajas que la tecnología nos ofrece para crear un espacio de formación con rigor, es algo que ya se venía echando de menos y finalmente parece que será un importante hueco que se va a cubrir, además con las mayores garantías. Así es, porque en estos días hemos conocido la puesta en marcha (reactivación en realidad) de la Escuela Makoto, que se creó y se desarrolla de la mano de tres reconocidos haijines, de los que andan el camino con un norte muy claro. Son Mercedes Pérez Kotori, Manuel Díez Orzas y el miembro de la redacción de HELA, Félix Arce Momiji. Tenemos el placer de entrevistarles para nuestros lectores y lectoras, y puesto que los tres van contestando como una verdadera piña, marcamos sus respuestas como Escuela Makoto (EM), con una sola voz.

01 HELA.- La Escuela Makoto se fundó en 2010 y ahora se reactiva con unos cursos. La primera pregunta es obvia: ¿por qué una Escuela de haiku?

Escuela Makoto (EM): En el 2010, el destino quiso unirnos en un viaje inesperado que marcó un antes y un después en nuestro Haiku- dô. De pronto nos vimos embarcados hacia Nagasaki  invitados por el profesor y niponólogo Vicente Haya y allí entre conversaciones, sensaciones y vivencias, se fraguó el comienzo de un proyecto con ramificaciones de las que desconocíamos su alcance. Volvimos con el convencimiento de la necesidad de mantener una postura clara y firme en torno al haiku tal y como lo trasmite V. Haya, de mantener esta tradición tal y como a él se la transmitieron.
En los foros de haiku, como los de El Rincón del Haiku, Paseos. net o No-michi hemos aprendido mucho. Pero por la propia dinámica de los foros y a pesar del denostado esfuerzo de los administradores de las webs y de algunos haijines que han tenido la paciencia de contar una y otra vez lo mismo a cada uno de los que llegábamos con más entusiasmo que conocimiento de lo que es el haiku, y de los sabrosos y extensos debates que se abrían en multitud de cuestiones, nos daba la sensación de que hacía falta una orientación más clara, un espacio donde estuviera más definido a lo que vas y lo que quieres conseguir.
El haiku-dô, como cualquier camino que se inicie, necesita un maestro que marque las pautas, que te haga comprender, que te lleve a profundizar, que te muestre sin piedad tus errores, que te halague para poner a prueba tus egos… Aceptar un maestro es el primer paso para comenzar a caminar. En la Escuela Makoto no ejerceremos de maestros, sino de discípulos que siguen aprendiendo y que echan una mano a los que están comenzando y de los que seguro aprenderemos mucho también. Pero, lo que aquí compartimos parte de unas claras premisas nacidas del haiku tal y como nos lo ha trasmitido a nosotros V. Haya.

02 HELA.- Y claro, las segunda pregunta también surge fácilmente, ¿Por qué el nombre “Makoto”?

EM: Siempre hemos tenido muy en cuenta el célebre lema de Ueshima Onitsura:
 “Makoto no hoka ni haikai nashi” (sin autenticidad no hay haiku). Estamos plenamente identificados con él y es un referente básico e imprescindible en nuestro camino.

03 HELA.- Acabáis de publicar juntos el más que recomendable libro “Sin otra luz” (LapizCero Ediciones, 2012), pero ya en 2010 realizasteis también los tres un viaje conjunto a Japón ¿En qué consistió y qué tiene que ver aquello con este interesante proyecto también conjunto? ¿Cómo y por qué funciona este nivel de entendimiento de los tres en torno al haiku?

EM: Como hemos apuntado anteriormente, todo surgió allí, cuando tuvimos la fortuna de visitar Japón y sentir el haiku donde había nacido… en sus bosques, sus islas, sus templos. Pero no con las gafas de turistas, sino viviendo en la medida de lo posible tal y como ellos viven. Una vez que su lluvia te cala hasta los huesos, que escuchas como caen las camelias en el bosque, que hueles el musgo que crece en cada umbría, que ves el incienso humear en los altares a Jizô en un rincón inesperado o en una gran avenida. Cuando ves las estelas funerarias mezcladas con la vida sin sentir temor ni agravio, cuando sientes el respeto profundo que va más allá de modas, de extravagancias y que mantiene la estructura espiritual de un pueblo, de unas gentes que hacen de la humildad bandera, pero no desde la hipocresía, sino desde el corazón y te sientes acogido y respetado, no es posible olvidar que el haiku nació de ellos y a ellos les debemos consideración y respeto. Creemos que en líneas generales y sin pretender ofender a nadie, en occidente no se ha tratado con la debida cortesía al haiku-dô y que se la ha considerado un arte poético menor que muchos escritores occidentales han utilizado como mero ejercicio de divertimento sin valorar en su justa medida lo que el haiku significa, lo que guarda entre sus versos para aquel que esté dispuesto a renunciar a clichés encasilladores.


04 HELA.- En vuestra difusión pone literalmente “Discípulos directos de Vicente Haya”. ¿Pensáis que eso es una característica, un valor añadido o ambas cosas? ¿Qué os ha dicho él de este proyecto?

EM: Discípulos de V. Haya, hay muchos. No somos los únicos ni muchísimo menos, pero sí somos los que hemos mantenido, quizá por la fuerza que nos da el ser tres “hermanos” que nos apoyamos en momentos de flaqueza, la necesidad imperiosa de sacar adelante este proyecto, al que invitamos a unirse a aquellos que se saben y se sienten discípulos de V. Haya. No sabemos si es un valor añadido o una característica, en todo caso corresponde a un sentir, a una realidad en la que la duda no puede estar presente más que el tiempo justo para invitarla a mirar lo caminado y seguir adelante sin perder tiempo en disquisiciones que no llevan a ningún lado. Por supuesto, no habríamos iniciado este camino sin el apoyo y el ánimo de Vicente Haya que es el alma del proyecto. 

05 HELA.- Llama la atención que aunque por la realización de los cursos haya que abonar una pequeña cantidad de dinero, ni vosotros ni nadie cercano percibís absolutamente nada. ¿A quién ingresa pues el dinero el alumno/a y por qué lo hacéis así?

EM: Teníamos muy claro que por un lado, hacía falta un compromiso por parte de los alumnos, un gesto que conllevara una intención clara. Por otro, creemos que lo que no se paga, de alguna forma no se valora. Pero como ninguno de nosotros queríamos beneficiarnos económicamente con este proyecto, sino compartir lo que generosamente nos ha llegado a nosotros también, se nos ocurrió hacerlo de esta manera, donando una cantidad mínima de 25 € a organizaciones conocidas internacionalmente por su labor social: UNICEF, Green Peace, Fundación Vicente Ferrer y Médicos Sin Fronteras. Haciéndonos llegar el resguardo de la donación, nos es suficiente. Creemos que es un acuerdo que satisface a todos y que beneficia a gente que lo necesita.

06 HELA.- Los cursos son, de momento, trimestrales y se siguen a través de Internet. En ellos, ¿enseñaréis exclusivamente la mera escritura del haiku, o será más bien algo holístico donde se explique ese todo conjunto que supone el camino del haiku?

EM: El haiku-dô no puede separarse de la  forma en la que el haijin siente el mundo. No puedes decir ahora voy a ser haijin y voy a escribir un haiku y ahora estoy en la oficina y dejo mi alma a un lado. El haiku te atrapa entre sus redes y ya no puedes ni quieres escapar. No concebimos el haiku como un producto que nace de una factoría, ni de recetas en las que te dicen cómo obtener un haiku al instante. Eso es como comer precocinados calentados en el microondas… El haiku es experiencia directa con la naturaleza y ha de ser auténtico, Makoto, no un invento frankesteiniano que puede parecer que tiene vida, pero que no deja de ser algo monstruoso y falso. Con el tiempo, aprendes a paladear los haikus y distinguir si son auténticos o no. Se desarrolla un sexto sentido, o al menos sería lo deseable, para distinguir entre un haiku vivido con los sentidos y uno inventado. En eso V. Haya es un experto, como es natural, después de tantos años traduciendo haiku japonés, tiene un fino paladar que lo detecta. Y en todo caso, el haijin que inicia este camino deberá atenerse a un código ético interno que será el que le impida aceptar un haiku sino lo ha experimentado a través de la vía de los sentidos.

07 HELA.- Comenzáis ya en Enero con el primer curso y el plazo de inscripción está abierto. Conociéndoos como se os conoce, a buen seguro vais a abordar y discriminar lo que es haiku de lo que no lo es por muy parecido que sea su formato.  Pero dentro del haiku, ¿os centraréis en el haiku llamado de lo sagrado o en el haiku en general?

EM: El haiku es haiku. Vicente Haya nos ha enseñado a través de sus clasificaciones que dentro del haiku hay algunas posibilidades que te permiten considerar haiku aunque no sea estrictamente de lo Sagrado. Nos atendremos a sus enseñanzas aunque nuestro ideal como haijines es conseguir que las palabras que se utilizan para expresar el momento haiku sean las adecuadas para dejar que brille lo Sagrado y que nuestros sentidos estén entrenados para poder percibirlo sin interferencias mentales. El haiku de lo Sagrado que no es otra cosa que el instante en que sentimos que estamos tocando las cosas con el corazón. Como el mismo Vicente diría: no es  yo lo vi, es eso estaba ahí…         Cuando en un haiku se manifiesta lo Sagrado, la emoción es indescriptible.


08.- Bueno, pues mucha suerte en este proyecto, incluso por el propio bien del haiku. Desde HELA os deseamos lo mejor y animamos a quienes nos lean a sumarse a esta Escuela, donde hallarán una formación de calidad asegurada. Lo dicho, ¡que vaya de lo mejor y … nos vemos en el camino!

EM: Gracias y será todo un placer compartir camino con vosotros.

Para conocer más, no dejes de visitar:   http://escueladehaiku.blogspot.com.es/